Hay una gran diferencia entre las uvas y las uvas pasas. Cuando las uvas se rompen sale jugo y cuando la uva se seca sale la uva pasa. Con este ejemplo podemos ver la gran diferencia de ser usado por Dios y no ser usado por Dios. Quién no se quiere dejar romper en esta vida, no quiere realmente buscar de Dios, no quiere orar, ayunar, obedecer, congregarse... Y va a secar como las uvas pasas.
Cuado Dios llega a la vida de las personas, parece para algunos que cae un gran peso en sus vidas; pero Jesucristo no vino a traer cargas, todo lo contrario, El vino a romper las cargas. Jesucristo vino a demostrarnos que las uvas que se rompen son procesadas y formadas para que salga el jugo para que salga lo mejor de ellas.
Hay dos tipos de personas, los que son utilizados por Dios son aquellos que se quieren dejar romper y procesar para que salga lo mejor de ellos y los que no son utilizados por Dios son aquellos que no quieren que nadie los toque ni los incomode y se secan como las uvas pasas.
Debemos entender que se debe romper todo aquello que le hemos dicho a Dios que no lo toque, porque si Él no, nos rompe no va a salir nada de nosotros. Él es la Vid y nosotros los pámpanos y separados de Él nada podemos hacer. (Juan 15:5)
Vemos un claro ejemplo en la palabra de Dios con Lot y Abraham, Abraham era la uva que se quería convertir en jugo y Lot fue la uva pasa que se secó, los dos provenían de Dios, los dos eran parientes, pero el uno permitió que Dios lo rompiera y como resultado, Abraham se convirtió en padre de naciones y Lot no quiso ser procesado y se convirtió en el padre de generaciones que salieron de un incesto con sus hijas.
El diablo ha sembrado esta mentira en la vida de muchas personas haciéndoles creer que no tienen lo que se necesita para ser usado por Dios, pero es una gran mentira, ya que todos tenemos lo que se necesita, pero debemos disponernos para ser quebrantados y convertirnos en “jugo de uva”. Lo único que necesitamos es permitirle a Dios que nos rompa como se hace con las uvas y de esta manera saldrá lo mejor de cada uno de nosotros. Está en nuestras manos la decisión de ser uvas que producen jugo o uvas secas como las uvas pasas.
La Biblia nos dice que Moisés pensó que por su propia fuerza traería la libertad a su pueblo de la esclavitud en Egipto, pero Dios no lo permitió, si Moisés quería ser utilizado por Dios y ser el libertador de los hebreos, debía romperse primero, debía ser procesado por Dios, como las uvas que producen jugo por tal razón Dios lo llevó 40 años fuera de Egipto para romperlo. Vemos que después de este proceso cuando Moises esta enfrente de la zarza ardiente Dios lo llamó a liberar a Israel, y la respuesta de Moises fue “yo no puedo, quien soy yo!” Y allí Dios le dice a Moises que puede liberar a su pueblo, porque Moises aprendió a depender del Gran Yo Soy y no de lo que él podía lograr.
Otro ejemplo que vemos en la Biblia es con el Fariseo y el Publicano. El fariseo uva pasa se llenaba la boca diciendo, yo puedo, yo hago, yo doy… en cambio, el publicano jugo de uva dijo “se propició a mí que soy pecador”.
¿Estás dispuesto a que Dios procese tu vida? Aún crees que vas a poder hacerlo con tus propias fuerzas o te vas a a rendir y decir “yo no puedo” para que Dios te pueda quebrantar y sacar lo mejor de ti.
Un rompimiento es un quebrantamiento y debemos disponernos a ser quebrantados por Dios continuamente. Vemos en el proceso de las uvas que para que salga el jugo, no es un proceso fácil, se necesita tiempo, dedicación y esfuerzo y hoy tenemos la oportunidad de pedirle a Dios que nos rompa que nos quebrante para poder ser usados por Él y dejar así un legado por generaciones que se rinden delante de Dios y saben que sin Él nada es posible.
Pastor Alexander García.
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